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Kozmic blues again, mama!

The Sounds of Silence

Es 26 de septiembre de 1960. Estados Unidos. Ya no estamos en la posguerra, estamos en la guerra fría. El país va cobrando fuerza, y su política exterior ya es determinante de lo que sucede en todo el mundo. Se acercan las elecciones, y eso hace que los medios se llenen de propaganda y debates transmitidos por ambos candidatos: Richard Nixon, por el Partido Republicano, y John F. Kennedy, por el Partido Demócrata. Este 26 de septiembre, 70 millones de personas siguen el debate en la televisión estadounidense[1]. Nixon se presenta sin maquillaje, sin afeitar, y con mala cara después de haber pasado unos días en el hospital. Kennedy se presenta tranquilo, joven, relajado. El 8 de noviembre, Kennedy gana las elecciones y se convierte en presidente de los Estados Unidos.

Los años 60 ya empezaron con una situación política complicada, tensa. En Alemania, como clara señal de división y polarización del mundo se construye el muro de Berlín. La lucha contra el comunismo continúa: la invasión de la Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles en Cuba y los primeros eventos de la guerra del Vietnam en contra de las tropas de Ho Chi Minh. En Estados Unidos empieza la carrera espacial y se consolida el movimiento por los derechos civiles. Empieza, también, la preocupación por las armas nucleares y la contaminación radiactiva, de modo que se inicia un tratado para su prohibición.

Época de cambios, de consolidación, de revueltas, de asentamientos, de riesgos, de planes de futuro; y de esperanza, y de ilusión, y de todos estos atributos que quedaron plasmados en John F. Kennedy. Es por eso, tal vez, por la época, por los posibles cambios, por la esperanza; es por todo esto por lo que su muerte[2] fue un acontecimiento histórico, tanto para Estados Unidos como para el mundo. Después del asesinato, el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, el presidente ha pasado a ser un icono, un mito. A pesar de su corto mandato, parece que el país quedó profundamente conmovido. Esta muerte y las siguientes que se produjeron durante los siguientes meses, la de su hermano el senador Robert Kennedy y el reverendo Martin Luther King, fueron un golpe a las esperanzas de cambio social que se habían gestado durante esos años en el país.

Tal fue la conmoción del momento y el legado del presidente, que se puede hablar de una población bastante grande que se sumió en una tristeza algo desencantada. Es en este contexto en el que Simon y Garfunkel, el dúo de folk-rock de los años 60, decide escribir esta canción. Tres meses más tarde de la muerte de Kennedy, en febrero de 1964, tratan de captar todo este sentimiento, esta conmoción, en "The Sounds of Silence". Una música de entierro, de funeral, de muerte. Pero la muerte, claro, la muerte no está sólo en el presidente. Esta canción dice mucho más que eso, y probablemente la muerte de Kennedy no sea más que una excusa para contar todo lo que quieren contar, para expresar todo este silencio, crudo y triste.

The Sounds of Silence

Hello darkness, my old friend,
Hola oscuridad, mi vieja amiga,
I’ve come to talk with you again,
he venido para hablar contigo de nuevo,
Because a vision softly creeping,
porque una visión, deslizándose silenciosamente
Left its seeds while I was sleeping,
me dejó su simiente mientras dormía.
And the vision that was planted in my brain
Y la visión que quedó plantada en mi mente
Still remains
aún permanece
Within the sound of silence.
dentro del sonido del silencio.

In restless dreams I walked alone
En inquietos sueños caminé a solas
Narrow streets of cobblestone,
por estrechas calles empedradas.
neath the halo of a street lamp,
Bajo el resplandor de una farola
I turned my collar to the cold and damp
volví la cara hacia el frío y la humedad
When my eyes were stabbed by the flash of
y entonces mis ojos fueron apuñalados por el destello
A neon light
de una luz de neón
That split the night
que rasgó la noche
And touched the sound of silence.
y rozó al sonido del silencio.

And in the naked light I saw
Y bajo la desnuda luz pude ver
Ten thousand people, maybe more.
a diez mil personas o tal vez más.
People talking without speaking,
Gente que charlaba sin hablar,
People hearing without listening,
gente que oía sin escuchar,
People writing songs that voices never share
gente que escribía canciones que ninguna voz jamás compartiría.
And no one deared
Y ninguno se atrevió a
Disturb the sound of silence.
perturbar el sonido del silencio.

Fools said I,you do not know
Locos, dije, ¿no sabéis
Silence like a cancer grows.
que el silencio crece como un cáncer?.
Hear my words that I might teach you,
Oíd mis palabras que puede que os sirvan de lección.
Take my arms that I might reach you.
Coged mis brazos para que os pueda alcanzar
But my words like silent raindrops fell,
Pero mis palabras cayeron como silenciosas gotas de lluvia
And echoed
y resonaron como un eco
In the wells of silence
en los pozos del silencio.

And the people bowed and prayed
Y la gente se postró y se puso a rezar
To the neon God they made.
ante el Dios de neón que habían creado
And the sign flashed out its warning,
Y el anuncio se encendía y se apagaba mostrando su mensaje
In the words that it was forming.
con las palabras que iba formando.

And the signs said, the words of the prophets
Y el anuncio decía: "Las palabras de los profetas
Are written on the subway walls
están escritas en las paredes del metro
And tenement halls.
y en la entrada de las casas".
And whisperd in the sounds of silence.
Y susurró en el sonido del silencio.

He leído que esta canción es un canto a la muerte de un presidente, una muestra de la tristeza del momento. Yo creo que es bastante más que eso. Es una vista decadente y triste de una realidad, de un día a día silencioso. En esta canción, percibo un mundo gris y artificial, silencioso, a pesar de sus luces de neón, a pesar de sus músicas ambientales. El sonido del silencio no se da por la muerte de un presidente, el sonido del silencio es el que llevamos todos encima, y lo transmitimos en cada momento. Es la apatía, la indeferencia, la sutil muerte de la comunicación.

 

A menudo, lo que más me impresiona de una buena canción es cómo su mensaje es capaz de leerse exactamente igual, a pesar de que hayan pasado más de cincuenta años desde que se escribió. Para mí, esta canción es de hoy, de aquí, de ahora. Lo que esta canción mece es la soledad. La soledad de las grandes ciudades, de los coches, de del asfalto, de los desconocidos hechos paisaje: la soledad entre la muchedumbre[3]. El sonido de alguien conformándose, confundiéndose, consumiendo, consumiéndose: el sonido, en definitiva, del silencio. Éste va ganando terreno. Lo invade. El silencio no despierta nada, sólo sigue durmiendo y adormeciendo a aquellos que quizá piensen alguna vez en gritar, en reír, en llorar. Es el silencio que nos convierte en zombis, en átomos solitarios en un metro, con burbujas, sin miradas, sin roce, sin palabras. No nos tocamos, sólo cultivamos el silencio entre nosotros, alrededor de nosotros, y dentro de nosotros.

El silencio crece como un cáncer, y tan pronto como nos olvidemos de escuchar nos olvidaremos también de hacer ruido. Si la tristeza es un vicio, la apatía es una droga. Cuanto más la vivamos más la necesitaremos, a pesar de lo mucho que nos pueda consumir. Esta canción es triste porque la percibo en las calles, en los vagones, en las colas. Esta canción es triste porque el silencio lo oigo, lo veo, lo vivo; y me duele.

Si Simon y Garfunkel pretendieron hablar de la muerte de Kennedy no sé si lo consiguieron. Pero si lo que pretendían era simbolizar esta muerte, coger a Kennedy como un icono de sueños y ruido, entonces sí. Habla de la muerte, lenta y dolorosa, de la comunicación, del compartir, del convivir. Esta muerte es traducida por el silencio.

Y matar el silencio es tan fácil... que sólo necesito mi voz.

 


[1] Siguiendo la dinámica de la sociedad del espectáculo, tan propia de la cultura estadounidense - y cada vez más - los debates políticos están presentes siempre en la televisión de un modo muy notable. De hecho, la visión de espectáculo se encuentra en de un modo muy claro en la política, en los políticos, en el seguimiento de sus familias, en su actitud, etc. Los discursos del aplauso.

[2] No es el primer presidente estadounidense que muere asesinado. De hecho, Kennedy fue el cuarto en morir asesinado, después de Abraham Lincoln (1865), James A. Garfield (1881) y William McKinley (1901). Otros murieron también durante su mandato, como Franklin D. Roosevelt, que murió por una hemorragia cerebral en 1945.

[3] En los años 50, el sociólogo David Riesman publicó el libro con el título La muchedumbre solitaria, que pretendía describir, captar y explicar la transformación social y cultural del hombre medio norteamericano. Se habla de los cambios de la sociedad americana, del aumento de la privacidad, del consumismo, la pasividad, etc.

3 comentarios

Supra Vaider High -

Fortune never helps the man whose courage fails.

Jordan 11 -

Time cures sorrows and squabbles because we all change, and are no longer the same persons. Neither the offender nor the offended is the same.

Kalitro -

Que en la cacofonía de la ciudad es difícil entender al que está al lado, claro.
Y sí, seguirá así mucho tiempo.