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Kozmic blues again, mama!

The Lord's Prayer

"La verdadera canción del evangelio debe conservar el ritmo original como una manifestación de alegría religiosa. Las primeras canciones evangélicas pudieron muy bien ser la fuente de la cual los primeros jazzes sacaron su inspiración y su ritmo... Todo lo que canto me produce una alegría fundamental porque canto para el Señor"

(Mahalia Jackson)

 

 

Es difícil y arriesgado hablar de música negra sin caer en prejuicios. Muchos son los términos que nos vienen a la cabeza y que asociamos con la gente negra, como si realmente todo lo relacionado con el ritmo, el baile, la melodía y la sensualidad tuviese sus orígenes y explicaciones en una cuestión de genética. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que en una situación social determinada, en unas condiciones y una rutina común, pueden darse características muy propias y únicas en la expresión de ésta, es decir, en el arte o, concretamente, en la música.

La forma de sentir la religión en las comunidades negras de EEUU, a pesar de tratarse de la misma fe que los blancos, fue y sigue siendo muy distinta. Puede que sea por la diferencia de bienestar o por las influencias de sus países natales, pero el sentimiento, la pasión y el entusiasmo que podemos ver en una misa de una iglesia negra poco tiene que ver con las blancas. Concretamente, debemos prestar atención a las iglesias anabaptistas y metodistas, iglesias Holiness y Santificadas. Alrededor de ellas nació el gospel.

Ya los pastores negros tenían una forma de predicar muy característica, llena de gritos e inflexiones. Incluso en las misas había colaboraciones espontáneas, respuestas por parte de la congregación. Ir a misa y entrar en contacto con Dios era mucho más que sentarse a escuchar, era tratar de percibir y comunicarse con Dios en todos los sentidos, de una forma que a muchos cristianos les hubiese parecido blasfema, demasiado sensual, demasiado sexual. El Gospel, originalmente "God Spell", "llamada de Dios", era una de estas formas. Aunque también existe y existió el gospel blanco, aquí me gustaría centrar la atención en el gospel negro, más emocional, con carácter propio.

El Gospel sustituyó, en gran medida, el Espiritual, otro estilo musical que predominaba en las iglesias desde el siglo XVIII. El mensaje de los espirituales era sumiso, honrado, seco. El mensaje de los espirituales se conformaba con una pobre vida terrenal, con una resistencia a la dura y cruda vida terrenal, a la espera de una recompensa después de la muerte. El mensaje del gospel, en cambio, era más optimista. El mensaje del gospel trae esperanza, fe, alegría, emoción. El mensaje del gospel se acerca a Dios con todos los sentidos, con bailes, con cantos, con gritos, con pasión, y la riqueza de esta experiencia mística no se puede comparar con la pobreza de la mayoría.

En el gospel se utilizan técnicas muy variadas de canto. Recalcando su espontaneidad y pasión, a menudo las canciones eran cantadas a pleno pulmón, con toques agudos de soprano y con acompañamiento vocal cantado rítmicamente. La técnica podía variar desde un estilo artificialmente áspero hasta otro extremadamente gutural. El gospel, como tal, nació a mediados del siglo XIX, cuando empezaron a formarse coros en las iglesias. Sus actuaciones era verdaderas apoteosis en vivo, llenas de improvisación, instinto, irreflexión.

El gospel no empezó a popularizarse hasta los años 30, cuando empezaron a formarse cuartetos vocales. A partir de la posguerra empezaron a aparecer pequeñas compañías de grabación. De este modo empezaron a competir entre sí, variando sus canciones y estilos, complicando mucho más las armonías, introduciendo cada vez más extravagancia y delirio en sus actuaciones, e incluso apropiándose y caracterizándose sus propios trajes. El gospel, al igual que el blues, fue otra forma de música negra absorbida por la música popular. Algunos artistas incluso secularizaron su música, conservando el ritmo y las formas de expresión características del gospel, por tal de asegurarse su público, como es el caso de Aretha Franklin o Sam Cooke. Sin embargo, también hay verdaderas divas y estrellas del gospel, que conservaron su originalidad y su estilo. Es el caso de Mahalia Jackson, quien empezó a incorporar elementos de blues en su música, aderezando el gospel con más sensualidad y libertad. Ella es, sin duda alguna, la gran diva del gospel.

 

 

2 comentarios

etelvina -

es una mipieperdapa jejeje
y bue q se le va a aser ha tantas voludeses en este mundo q flipan mierdas...
manga de putitos XD

Kalitro -

Curiosa la frase que encabeza el artículo. Una de mis canciones favoritas de jazz, Psalm, de John Coltrane es, según este, un diálogo que mantiene con Dios. Siempre he pensado que si YHVH existiera tocaría cosas así...