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Kozmic blues again, mama!

Non, je ne regrette rien

"El ser humano no es otra cosa que lo que hace de sí mismo."

Jean Paul Sartre

Me gusta pensar en nosotros mismos como en una obra de arte. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que somos. Cada día, en cada momento, nos construimos. Yo produzco sensaciones, estímulos y sentimientos, y los demás también los producen en mí. Y todos éstos son, de algún modo, instrumentos, instrumentos con los cuales nos construimos los unos a los otros. En cada relación con alguien, construyo a alguien y me construyo a mí misma. Exteriorizo mi interior, muestro mi voluntad, mi propia vida individual, saco a la luz mis sentimientos, mis ideas, mis emociones; mi yo. Es así como hago lo que soy y soy lo que hago. Por eso, soy una construcción de mi misma, y cuando algo no me gusta sé que puedo cambiarlo, y cuando algo me gusta sé que puedo mantenerlo. Me he convertido en mi Diosa.

Se dice de Edith Piaf que no solamente es el gorrión de París, sino también la voz de París. Hoy la oigo con ese glamour, ese encanto y sonido a época dorada, a los años 40 y 50 parisinos. Su interpretación de "Non, je ne regrette rien"[1] fue dedicada a la Legión Extranjera Francesa, ya que el país se encontraba en guerra para aquel entonces por la liberación de Argelia. Era 1960. Ahora, la canción sigue siendo representativa de las tropas francesas, y se sigue entonando en los desfiles. Yo, desde luego, me quedo con el otro mensaje, personal y emocional, lejos de las guerras, que tiene esta canción.

 

 

Non, je ne regrette rien

Non, rien de rien.
No, nada de nada,
Non, je ne regrette rien.
No, no lamento nada
Ni le bien qu’on m’a fait,
Ni el bien que me han hecho,
Ni le mal. Tout ça m’est bien égal!
ni el mal. ¡Todo me da igual!

Non, rien de rien.
No, nada de nada.
Non, je ne regrette rien...
No, no lamento nada.
C’est payé, balayé, oublié
Eso está pagado, barrido, olvidado.
Je me fous du passé!
¡No me importa el pasado!

Avec mes souvenirs
Con mis recuerdos
J’ai allumé le feu,
hice una fogata.
Mes chagrins, mes plaisirs
mis tristezas, mis placeres,
Je n’ai plus besoin d’eux!
ya no los necesito.

Balayés les amours
Barridos los amores
Et tous leurs trémolos,
y todos sus temores
Balayés pour toujours.
Barridos por siempre
Je repars à zéro.
comienzo de cero.


Non, rien de rien.
No, nada de nada,
Non, je ne regrette rien.
No, no lamento nada
Ni le bien qu’on m’a fait,
Ni el bien que me han hecho,
Ni le mal. Tout ça m’est bien égal!
ni el mal. ¡Todo me da igual!


Non, rien de rien.
No, nada de nada,
Non, je ne regrette rien.
No, no lamento nada.
Car ma vie, car mes joies
Porque mi vida, mis alegrías
Aujourd’hui, ça commence avec toi!
Hoy, todo eso comienza contigo!



Como todo el mundo, pienso a menudo en lo que hago y lo que he hecho, qué me gusta y qué no de todo lo que forma parte de mí. Hay cosas de las que no me siento nada orgullosa, y otras que abanderaría, pero todo, lo quiera o no, forma parte de mí. Y todo, de un modo u otro, me ha llevado a donde estoy ahora, a lo que soy ahora. En este punto constante de inflexión que es el presente, desde el cual nos miramos tanto en el pasado como nos tratamos de visualizar en el futuro, me gusta poder cantar al momento. Me gusta poder cantar al momento, con los versos de Edith Piaf, plantarme digna observando lo vivido y poder decir "No, no me arrepiento de nada".

 

 


[1] Originalmente, la canción fue compuesta en 1956, con música de Michel Vaucaire y música de Charles Dumont.

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